«Con tiempo, y también con suerte, puede que logremos salir adelante sin que nos pase nada terrible. Se imponen dos preguntas: ¿tendremos suerte? Y, ¿nos queda tiempo?» ¿Cuál es la diferencia entre vivir hoy en Dinamarca o en Siria?
Efectivamente, la política. El primero es un país con un sistema democrático en el mejor sentido, el de la adaptabilidad. El otro es un Estado fallido.
La diferencia es el bienestar o la guerra, la vida o la muerte. Lo dice Runciman y lo demuestra su libro: la política importa. Más que nunca, importa y dirige nuestras vidas, economías y culturas.
Sin la irritante monserga de la corrección política, Runciman plantea estas y mejores preguntas mientras da cuenta de los auténticos mecanismos de la política: la coacción, la violencia, la guerra y la paz. Claro que «la paz fomenta las opciones fáciles; las opciones fáciles promueven la mala política; la mala política amenaza con el desastre». Y todavía hay más. Este libro nos tira de la oreja y nos hace contemplar un espectáculo que muchos todavía negamos: la posibilidad de que nuestra democracia capitalista se venga abajo. Entre el capitalismo veloz y la democracia imperante, la catástrofe puede estar a la vuelta de la próxima recesión, del próximo presidente idiota. Sin medias tintas, de Hobbes a George Clooney, de la Carta de Derechos al Google Maps, Runciman (ad)vierte y (di)vierte. La política todavía importa. Política es un libro importante.