Raúl Cordero representa a través de su obra el “otro arte cubano”. Muy lejos de los estándares del arte de la Revolución, y sin caer en los tópicos de otros artistas de dentro y fuera de la isla, Cordero “sampléa” pretextos obtenidos caprichosamente de múltiples orígenes referenciales (prensa, revistas, libros, cine, tv, fotografía y video) y pone ante nosotros su obra como el resultado de un reciclaje, de un revival, creando una nueva realidad referida más al propio Arte, que a ningún otro contenido aparente.