Ingrid y Jan llevan veinticinco años casados y, sobre el papel, son baby boomers modélicos: empleo estable, hijos sanos, buenas amistades, sexo ocasional pero regular, una casa en un bonito barrio de Oslo. Viven como la sociedad les ha dicho que hay que vivir, cumplen su papel de contribuyentes a un «vago y huidizo producto interior bruto», pero no logran desembarazarse de un sentimiento de inercia y decepción. Sus hijos, que ya tienen edad para ser tratados como adultos, se comportan como huéspedes de hotel. Para Ingrid, tanto la vida doméstica como la profesión docente han perdido el brillo que un día tuvieron. Jan, en cambio, se siente revitalizado por su inesperado ascenso a jefe de departamento en un ministerio del gobierno y por su amorío con Hanne, una compañera de trabajo quince años más joven que ve cómo todos sus amigos empiezan a sentar cabeza mientras ella encadena mudanzas de piso y de pareja.
Con esta novela, Nina Lykke se reveló como una de las observadoras más agudas de las pequeñas miserias de la clase media nórdica. No y mil veces no es una tragicomedia despiadada pero bienhumorada sobre la insatisfacción crónica y el ensimismamiento de una sociedad que ensalza la gratificación instantánea y la autorrealización, a menudo a costa de la felicidad propia y ajena.