En este volumen ligero, accesible, y muy completo, Curtis consigue transmitir al lector su fascinación por las pinturas rupestres –centrando el análisis especialmente en la francesa de Lascaux y la española de Altamira–, relatando las peripecias que llevaron a descubrirlas, las diferentes teorías, que hasta hoy siguen sin resolverse, sobre el origen y significado de estas pinturas, y desvelándonos los misterios de su sofisticación y belleza.
Ilustrado con fotos y reproducciones, este libro atrapará tanto al profano como al conocedor, y hará entender por qué Picasso exclamó, al salir de la cueva de Lascaux, “¡No hemos aprendido nada en doce mil años!”.