Aquí se pone sobre la mesa la precaria situación en la que viven muchos jóvenes de toda América Latina y España. No se trata simplemente de situaciones de pobreza, sino de discriminación sistemática a esta parte de la población como si no tuviese ningún valor para la sociedad o el país. Y para ellos los autores acuñan un nuevo término: Juvenicido.
Esta discriminación que en España se traduce en pocas oportunidades, negación indirecta de un futuro y desinterés de los gobiernos para solucionar la situación, se convierte en otros países en exaltación de violencia, pobreza extrema o la muerte y el secuestro como sucedió el año pasado en los sucesos de Ayotzinapa.