Richard Holmes supo que se había convertido en biógrafo cuando le devolvieron un cheque: sin darse cuenta, lo había fechado en 1772. Es que son muchos años dedicado a seguir los pasos de los protagonistas de sus libros, viajando en el tiempo y en el espacio.
En estas páginas, recorre las Cevenas francesas siguiendo los Viajes con una burra de Stevenson. Viaja a París en pleno mayo del 68 y descubre allí las aventuras revolucionarias de Mary Wollestonecraft, la pionera del feminismo. Se asoma a los acantilados italianos que despidieron a Shelley el día en que se ahogó, y visita las casas que aún acogen el espíritu de Lord Byron. Vuelve a París decidido a desentrañar el tristísimo misterio de la vida y la muerte de Gérard de Nerval. Y mezcla en cada página la literatura, el romanticismo, el amor, los fantasmas, la aventura… ¿Será su vida o será la vida de ellos la que está contando?