Este volumen está dedicado a tres áreas -los países del Este europeo, la URSS y Los Estados Unidos- musicalmente consideradas durante el siglo XIX como no autónomas respecto de la gran tradición europea, pero que alcanzaron en nuestro siglo su plena maduración estimuladas por fermentos culturales e ideológicos distintos.
En los países del Este, emancipados definitivamente tras un largo periodo de dominación extranjera, asistimos a la adopción del patrimonio musical popular, fruto de una rigurosa documentación sobre el terreno, como fundamento del proceso creativo. En cuanto a la Unión Soviética, se estudia la devolución del fenómeno musical de la Revolución de Octubre, deteniéndonos por una parte en las diferentes fases por las que pasó la ideología oficial y por otra en la producción de los músicos soviéticos, especialmente de Prokófiev y Shostakovich.
La música de Estados Unidos, que debido a la peculiaridad de las condiciones históricas y culturales en las que maduró no se ha examinado en los volúmenes anteriores, se propone a partir de la segunda mitad del siglo XIX y sigue en paralelo los acontecimientos políticos, sociales y artísticos de la civilización americana. En este amplio y original estudio, se concede un lugar muy importante a la música negroamericana, particularmente al jazz, que ha tenido tanta importancia en la historia musical del siglo XX.