Una novela que se lee prácticamente de un tirón y que suscita comprensión hacia el ser humano, esperanza en su destino y piedad.
Con un estilo límpido y eficaz, d'Ors contagia mediante la intensidad de su prosa una actitud entusiasta y vital. Un relato sobre las experiencias iniciáticas propias de la juventud. Un homenaje, tan humilde como rotundo, a la luz.