Durante la adolescencia, los nuevos desafíos del primer amor, del deseo de ser reconocido y aceptado por los demás o el distanciamiento de la familia pueden convertirse en vivencias amargas que abren antiguas heridas de traumas infantiles. Cuenta a través de historias reales cómo en la adolescencia las personas pueden superar episodios dramáticos y retornar de callejones sin salida gracias a la resiliencia, una capacidad que los maestros, tutores y amigos pueden y deben apoyar en esta fase especialmente vulnerable de la vida, y que es un prodigioso antídoto de las heridas que dejan los traumas. El libro incluye un mensaje muy claro para la escuela en general, pero también para otras instancias, como los juzgados de menores, tutores y centros de acogida. También ellos pueden avivar en los adolescentes la energía para recuperar sus dotes personales y optimismo, empujándolos a salir al encuentro de sus oportunidades.