“Este es Un curso de milagros, por favor, toma nota.”
Así es como comenzó la escritura de Un curso de milagros en octubre de 1965. Durante los siete años siguientes Helen Schucman, una psicóloga clínica de la ciudad de Nueva York, oyó la voz de Jesús dictándole los tres volúmenes que constituyen uno de los mensajes espirituales más significativos de nuestro tiempo. Ausencia de felicidad relata este proceso de dictado enmarcándolo en el contexto de la búsqueda de Dios que Helen llevó a cabo durante toda su vida. Aquí se refleja el conflicto entre su ego y su naturaleza espiritual:
“Simbolizaba ambos lados de la personalidad de Helen, y reflejaba la misma ambivalencia que todos compartimos con respecto a nuestra relación con Dios y con la persona de Jesús… Al hacer la crónica del desarrollo de este conflicto personal y su resolución última estoy escribiendo también la historia de todo el mundo”.