Apocalipsis representa un viaje personal a los rincones más oscuros de la conducta humana; es un testimonio de la pérdida, el dolor, el sufrimiento, la violencia y la muerte ocasionados por la guerra.
Iraq, Congo, Darfur, Colombia, Afganistán y Myanmar forman parte de ese viaje por unas zonas del mundo que vemos en las noticias, pero que parecen estar muy lejos de nuestro mundo cotidiano. El objetivo de este proyecto es acercar ese mundo —que también es el nuestro— a nuestra vida cotidiana. Una fotografía puede calar en nuestra mente y en nuestro corazón con la fuerza de la inmediatez. Las personas son sensibles a lo que ven; reaccionan emocional, intelectual y moralmente. Sólo nos tenemos los unos a los otros; nosotros somos quienes creamos nuestros problemas y nosotros somos quienes hemos de resolverlos.
Deseo que este proyecto forme parte de nuestra historia visual, que penetre en la memoria colectiva y arraigue en la conciencia colectiva. Espero que sirva para recordarnos que las mayores tragedias de la historia no atañen a los grandes dirigentes que desencadenan los acontecimientos, sino a la infinidad de ciudadanos de a pie que se ven atrapados en esos acontecimientos y desgarrados por su furor implacable.