«Mis héroes viven en un mundo de relatos maravillosos y aterradores. Mis héroes están hechos de mi misma sangre, atravesamos las mismas pruebas: el abandono, la malevolencia de los seres humanos y la injusticia de las sociedades. Sus epopeyas me hablaban de que era posible elevarse por encima de los momentos trágicos o de una vida desgraciada. Cuando nos cuentan de sus desgracias sobre las que han triunfado, nuestros héroes nos muestran el camino.»
Tarzán, Marco, Batman, Oliver Twist, Rintintín, Wonder Woman, Spiderman o Supermán son algunos superhéroes favoritos. Ellos han sufrido y enfrentado la adversidad, han caído y vuelven a levantarse, resurgen desde situaciones dolorosas y episodios traumáticos con una valentía que nos orienta para afrontar nuestras propias dificultades. Pero en ciertas condiciones sociales elegimos también héroes que se pervierten, se transforman en sembradores de odio y avivan lo peor del ser humano; se convierten en vínculos para canalizar.