Por fin, una tarde los cascarones empezaron a quebrarse, y aparecieron las cabecitas asombradas de los patitos recién nacidos. ¡Qué hermosos eran con sus plumas suaves y doradas! Pero, de pronto, del huevo más grande apareció la cabezota de un patito muy distinto…
Una bella adaptación –urbana y moderna– de un clásico que, en combinación con las pinturas en óleo de Marta Vicente, nos sumerge en una fábula llena de ternura.
Una nueva versión de uno de los cuentos más hermosos de todos los tiempos.
Un libro indispensable para inculcar en los niños la tolerancia y el respeto.
Una historia que ha tocado a todas las generaciones.