Un libro bello y enigmático.
El abuelo pasa todo el día en su jardín con las tijeras de podar en sus manos. Pero antes tuvo una vida espléndida que ahora ya no recuerda o al menos no puede nombrarla...
Por eso pasa las horas diseñando misteriosas formas en setos y arbustos que le permiten habitar los territorios perdidos en el pasado y compartirlos.
Un libro tan enigmático como bello, que explora las formas de comunicación que vencen al envejecimiento y el olvido.