Que el mundo sea cada vez menos pobre significa que las crisis auténticas son problema de unos pocos países marginados. En concreto, cincuenta “estados fallidos” en los que podríamos sumar unos mil millones de personas. Un exclusivo “club de la miseria” que tiene el dudoso honor de estar en la parte baja de todas las tablas, y para el que el que no se apunta ninguna mejora cercana, por mucho que se nos intente convencer de lo contrario.
El profesor de Económicas Paul Collier ha pasado meses fuera de su despacho de la universidad de Oxford, estudiando in situ los problemas de estos países que el mundo occidental ha dejado por imposibles, logrando así llegar a las (brutalmente constructivas) conclusiones que recoge en este libro, explicando de una vez por todas por qué el Tercer Mundo no deja de ser pobre y cómo podría empezar a no serlo.
Paul Collier, director del Centro para el Estudio de las Economías Africanas en la universidad de Oxford, ha escrito un libro apasionante, lleno de información y sugerencias importantes para el lector occidental, en el que denuncia que la ayuda internacional no funciona (ni funcionará) porque no llega a los problemas de base ni propone una serie de medidas realistas para resolver la verdadera gran catástrofe humanitaria de nuestros días: la pobreza endémica de mil millones de personas.